Los exámenes escritos de concursos públicos en Colombia no perdonan improvisaciones. Prepararte bien es solo la mitad del reto. La otra mitad es mental: si no controlas tu ansiedad, ella te controla a ti.
Aquí no vamos a decirte que «respires profundo y todo pasará». Vamos a darte tácticas concretas para que no te sabotees justo cuando más importa.
1. Antes del Examen: Reduces la Ansiedad con Acción, No con Deseos
- Domina el Temario y el Formato: No hay seguridad más fuerte que el conocimiento. Aprende las leyes clave, entiende los tipos de preguntas, y ensaya bajo las mismas condiciones del examen.
- Haz Simulacros Reales: Cronometra tu tiempo, siéntate en silencio y resuelve exámenes completos. Así entrenas tu enfoque y tu mente se adapta a la presión real.
- Planifica Cada Detalle: Revisa dónde es el examen, qué necesitas llevar y cómo vas vestido. Elimina cualquier variable que te saque del foco ese día.
- Duerme y Come con Inteligencia: No trasnoches repasando lo que ya no entra. Y el día del examen, nada de comida pesada ni exceso de azúcar. Necesitas energía estable, no un pico que se cae a mitad del examen.
- Entrena la Mente: No subestimes el poder de la práctica mental. Técnicas como respiración, visualización o mindfulness reducen el cortisol (hormona del estrés) y mejoran tu claridad mental.
2. Durante el Examen: Cabeza Fría, Ritmo Constante
- Llega Temprano y Ubícate: Evita sustos innecesarios. Llega con tiempo, identifica tu puesto y aclimátate.
- Lee Todo con Atención: La ansiedad te hace apresurado. Respira, lee instrucciones y preguntas con calma. Entender bien es responder bien.
- Escanea el Examen: Haz un vistazo rápido para ubicar las preguntas fáciles, difíciles y largas. Planea tu tiempo con base en eso.
- No Te Enredes con una Sola Pregunta: Si te trabas, pasa. No regales minutos valiosos. Vuelve después con la mente más clara.
- Reinicia tu Mente con Respiración: ¿Te está ganando la ansiedad? Tres respiraciones profundas te devuelven el control. Funciona, está probado.
- Autodiálogo Positivo: Caza los pensamientos destructivos y cámbialos por frases útiles: «Estoy preparado», «Esto lo puedo resolver», «Estoy avanzando bien».
- Atención Plena, una Pregunta a la Vez: Nada de saltar mentalmente al resultado. Céntrate en la tarea del momento. Eso es eficiencia.
3. Después del Examen: Suelta el Estrés, No lo Recicles
- No Analices de Más: Sal del examen y desconéctate. Comentar respuestas solo alimenta la ansiedad y ya no cambia nada.
- Valora tu Esfuerzo: Terminaste. Eso ya es más que lo que muchos logran. Reconócelo.
Conclusión:
Dominar la ansiedad no es magia, es entrenamiento. Prepárate como un atleta: conocimiento, práctica, foco mental. Así no solo pasas el examen, lo dominas.
Tu preparación no termina cuando estudias. Termina cuando controlas tu mente bajo presión.